jueves, 5 de octubre de 2017

De charleta con mi abuelo

Un sábado cualquiera. Me planto en casa de mi "avi" a comer. Comemos mano a mano. Hoy está especialmente lúcido. Le da por acordarse de cuando decidí marchar a la “Conchinchina” -palabras literales-. No se acuerda bien de lo que comió ayer, pero recuerda con claridad mi viaje a Australia de hace ya, nada más ni nada menos que, cinco años. Hoy le apetece hablar de ello (me temo que quiere evitar otros temas, pero yo le dejo). Él cuenta. Yo escucho. Cuando está “parlanchín·, dejo que hable. Es mucho mejor que cuando lo hago yo. Me sorprende el detalle con el que recuerda mis cosas. Me dejo sorprender. Me gusta que se acuerde de ellas. 

Me confiesa que en su momento no le pareció la mejor idea. Dice que “estaba llevando cosas importantes” y que cuando me iban a dar “nosequé” (no soy capaz de deducir lo que quiere decir exactamente -a veces las palabras no le acaban de salir-, pero intuyo que quiere referirse a que mi carrera profesional como abogada se consolidaba), decido irme. 

Luego sonríe. Y como quien dice cualquier cosa suelta: “me parece muy bien todo lo que haces”. Yo sonrío también. Y se lo hago repetir. Y lo explica de otra manera, que incluso me gusta más. Evidentemente, no es objetivo. Pero lo ignoro. Y lo disfruto. 

Y confiesa que volví cambiada. Pregunto si "a mejor o a peor". Sonríe de nuevo. "A mejor". Intento que concrete su respuesta sin éxito. 

Dice que le gustaba lo que escribía. Primera noticia de que alguien le leía este blog. Me dejo sorprender de nuevo. Mi reacción inmediata, llego a casa y escribo, hoy lo retomo. A los 98 años no te gustan ya demasiadas cosas. 


IL CAPO & ME EN SU SILLÓN FAVORITO, EN SU LUGAR FAVORITO DE SU (Y MI) ASTURIAS PATRIA QUERIDA


PD 1: Este tiempo no he dejado de escribir, pero lo he hecho de otra manera. Para mí y sobretodo para mis amigas casaderas :) 


PD 2: Tampoco he dejado de andar descalza de vez en cuando, aunque, sinceramente, debería hacerlo más a menudo. A veces, la vida aprieta.